15.5.12

PERRO SEMIHUNDIDO O MI SINDROME DE STENDHAL

Yo, pragmática como soy, me mofaba de la idea de que el Síndrome de Stendhal sucediera realmente. Aunque es algo estudiado y que parece no ser ni tan raro ni tan excéntrico yo, desde mi fuero interno, pensaba que era imposible. De hecho, también es el nombre de una peli de Dario Argento donde se retrata muy bien y te da como ganas de reírte de la loca que se marea en Florencia. Soy una persona hipersensible pero a la vez intento dominar mis emociones, por eso lo que me pasó en El Prado hace unos días fue tanto una sorpresa como una alegría.

No es la primera vez que visito un museo, obviamente. He estado en museos muy grandes y muy impresionantes con obras que me han dejado lela durante unos minutos (Rothko en la Modern Tate por decir algo). Normalmente los cuadros pasaban a través de mi, ocupando unos instantes en mi mente, haciéndome pensar y sentir cosas más o menos intensas y simplemente abandonándome tiempo después para convertirse en un sentimiento pasado de huella limpia y transparente. Fin.

Esta vez fue diferente. El Prado me pareció un museo acojonante. Las enormes salas y pasillos y el brutal tamaño de muchos de sus cuadros te hacen sentir diminuta y totalmente expuesta. La perspectiva imponente de las galerías sólo se ve perturbada por las manadas de turistas perdidos, estudiantes desmotivados y japoneses extramotivados. Pero ahí estaba yo, viendo a Velázquez por primera vez, admirando los detalles de El Bosco mientras me daba de codazos por acercarme al Jardín de las Delicias y llegando a las Pinturas Negras de Goya un poco distraída.

Hacía nada que había estado en el CaixaForum de Barcelona viendo a Goya y quedándome bastante fría, y mi ignorancia quedó patente porque no me esperaba que la galería de pinturas negras fueran obras de ese tamaño. Me pongo en medio y doy un rápido vistazo para ver a dónde me acerco y aparece ante mi una masa de color amarillento, marrón, alargada en vertical (al contrario que las demás, que son apaisadísimas). No se parece en nada a las demás. Voy directa, como si alguien me hubiera empujado por detrás.



Me quedo mirando absorta sin saber muy bien qué me está pasando. Miro el cartel. Dice "Perro semi-hundido". Vuelvo a mirar la pintura y empiezo a notar oleadas de calor. Tengo tristeza. Me siento profundamente perdida. Parece que la que se hunde en estos momentos, junto al perro, sea yo. Pienso en Artax y en Atreyu que le grita para que ande. Pienso en la falta de aire. Pienso en la muerte. En la oscuridad que nos rodea, en estos momentos más que nunca. Pienso en lo difícil que se ha vuelto el mundo, y pienso que si Goya levantara la cabeza no daría crédito: si la vida ya era tan cruel en sus días que le hizo perder la razón parece que no hemos avanzado demasiado, tantos años después.
El perro no tiene escapatoria y a mi me flaquean las piernas. Por suerte tengo un rayo de conciencia y antes de desmayarme me doy la vuelta de golpe y salgo de la sala casi corriendo (no corriendo, soy demasiado vergonzosa). Me siento en el banco más cercano y creo que tengo hasta sudor frío. ¿Es posible que me haya sucedido a mi? ¿Cómo he podido conectar de una manera tan profunda con el sentimiento que un pintor, tanto tiempo atrás, intentó transmitir?

¿Cómo una simple combinación de colores puede desencadenar en una persona tantas sensaciones juntas? Me siento casi manipulada. Tengo ganas de volver pero no me atrevo. Me siento como si hubiera perdido la virginidad. Tengo susto y tengo alegría y me siento rara, como si ya no estuviera en mi, o casi como si no fuera la misma.

Y me parece tan raro que algo así me haya pasado a mi que cuando se lo cuento a Arieh por teléfono o a mis amigos no le dan ninguna importancia. Como no se la daría yo si alguien me lo contase. Pero da exactamente igual porque yo sé que algo en mi ha cambiado después de ver al perro semihundido. Nada grave, nada que pueda concretar, nada importante. Sólo algo que ya simplemente está ahí y antes no estaba. Y no sé si lo notaré alguna vez más, en realidad da lo mismo.

Yo ya he tenido mi Síndrome de Stendhal.



16 comentarios:

  1. El Prado es brutal. Cuando fui con mi novio le dió un corte de digestión al llegar al hotel, después de 5 horas viendo obras. Yo le dije que fue demasiado arte para poder "digerirlo" en un día.
    Lo que te pasó debe ser una sensación extraña, conectar con Goya dos siglos después, alucinante!

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  2. A mí me pasó no hace mucho. Visitando la Sagrada Família. Mira que la veo casi cada dia por fuera y de pequeña había ido un montón de veces. Pero no me esperaba que el interior se hubiese transformado tanto desde mi última visita y que fuese tan inmenso y hermoso. Me mareé y tuve que sentarme. Mi novio me hablaba y yo no oía nada. Ojos como platos, boca abierta, hiperventilación... Y me duró un buen rato.
    La verdad es que la sensación es maravillosa, en el momento agobia y angustia un poco, verdad? pero cuando ya todo pasa y te das cuenta de lo que ha pasado... mola. :)

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    1. No me extraña nada que te ocurra lo que relatas con esa obra,de hecho es de mis preferidas.Hace tiempo vi una reseña sobre ella en un blog interesantísimo
      Espero que la disfrutes!!!
      http://fromthetree4.blogspot.com.es/2012/01/perro-semihundido-goya.html

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  3. No sé si ese síndrome también se puede aplicar a edificios, pero viajando a Bélgica y no haberme puesto al día para nada de ese país, imáginandomelo nada más que gris pero una buena oferta para viajar por el precio, al llegar a su Markt Platz y girar mi cabeza hacía la izquiera y de repente encontrarme con la majestuosidad de esos edificios por mi boca salió una exclamación en forma de orgasmo artístico ....

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  4. uf, estava llegint el post... i m'estava agafant a mi la sindrome!!! però l'has descrit perfectament!!!! felicitats pel post!! molt interessant!

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  5. A mi me ocurre a menudo. En museos, calles, ciudades hermosas, parques, edificios... Básicamente me emociona cualquier cosa.

    Soy así de simple.

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  6. Has tenido mucha suerte... es una emoción poco frecuente, casi diría que esquiva. Yo la tuve con el cuedro de Andrew Wyeth "Christina´s World", 1948. Felicidades.

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  7. A mi no me ha pasado con un cuadro, pero si con Roma y florencia. No era toda la ciudad era algún rincón. En concreto en Roma en las ruinas del foro...Las veia desde arriba y era como si no pudiera andar, no podía parar de mirarlas, era como si perteneciera a ellas, veia la vida dentro de hace miles de años.

    hace tiempo que no veo la obra de goya "al natural" porque por aqui en ZGZ está por todos los lados, pero es unos de esos artistas que te guste o no, si te fijas en la epoca que vivió y lo que pintaba era normal que se volviera loco, sordo,..él no la podía entender. Sus cuadros son rabía, fuerza, odio...

    http://blog.sacelen.com
    www.conideasyaloloco.com

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    1. A mi tambien me paso exactamente lo mismo en Roma es tan hermoso que abruma, que asusta!

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    2. Dicen también que la sordera y la locura eran fruto de una conocida enfermedad venérea... (de hecho, los síntomas coinciden)

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  8. A mí también me ha pasado, es un poco conexión con la obra y conexión con uno mismo, me pareció que llegaba a una parte de mí muy íntima y profunda. Me pasa pro ejemplo con el perro de Giacometti. Me parece preciosa. Va megaenlace por si no la conoces y quieres verla.

    http://lh5.ggpht.com/-NuGcJhQknt0/SGfJA81CJLI/AAAAAAAAMU8/d5O_Lu9dzKI/06.-Alberto%252520Giacometti%25252C%252520El%252520perro.jpg?imgmax=640

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  9. Este tipo de post hacen que las personas amen tu blog, eres tan descriptiva que hace sentir que estuvimos alli maravilloso!

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  10. Es uno de los posts más personales que has escrito, enhorabuena!

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  11. Me imagino que a estas alturas ya sabes que tienes mucho talento para la escritura ¿no?
    Sabes? ese cuadro es el favorito de un ex-novio mío. Estuvimos juntos ahí y él me llevó hasta justo frente al cuadro casi arrastrando para que lo viera. Teníamos muchas discrepancias en cuanto a la mayoría de cosas y su ironía siempre me provocaba rechazo. Ahora sabría entenderlo mejor. Pasaron los años y maduré. Pero nunca entendí cómo le fascinaba ese cuadro cuando a mí me hacía sufrir (mi amor por los perros es absolutamente incondicional y no podía soportar que fuera su favorita justo una pintura donde, como tú dices, el perro no tiene escapatoria).
    Me encantó tu descripción. Te ví ahí mismo contemplando la pintura y me puse en tu piel.
    Eres una narradora estupenda.

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  12. Por eso la pintura o el arte en general no desaparecerán nunca...

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  13. Me paso lo mismo con el perro semihundido de Goya, desde que lo vi se convirtió en mi obra favorita. Me he leido mil libros sobre el cuadro, es uno de los más precursores y enigmáticos cuadros de la historia según muchos historiadores y de los más bonitos "la supervivencia" en estado puro y primitivo. Aunque nos hundamos, siempre sacaremos la cabeza aunque sepamos que vamos a morir. realmente increible. Goya es un visionario! jaja
    Por cierto me encanta el blog, he estado ojeandolo y es una maravilla!

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♥ Gracias por comentar! (he tenido que añadir la verificación de palabra porque se me estaba metiendo mucho spam de repente... sé que es un coñazo, sorry!)

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