BANDERA BLANCA

Lo primero que pensé tras el lío que se montó con mi afortunado post fue no decir nada sobre el asunto nunca más y dejar que así se fuera evaporando poco a poco como si nunca hubiera sucedido y, como me dijo Caterina, tal dia farà un any.

El caso es que tengo demasiadas cosas que decir sobre el asunto y no decirlas en realidad sería convertirme en otra persona que no soy yo, así que por primera vez en mucho tiempo, este post lo escribo en el Word y lo voy a releer antes de publicarlo, para asegurarme de que lo que digo está tan pulcramente dicho que nadie me pueda malinterpretar.

Se me acusó de muchas cosas que ni soy ni seré nunca, no las voy a repetir. Entiendo que no me conocéis y que cuando uno lee un blog de una persona a la que no conoce, se forma una idea preconcebida que la mayor parte de veces no coincide para nada con cómo es esa persona realmente. A mi me ha pasado decenas de veces. Cuando hablas de chorradas como el color de tu eyeliner o las bragas que te quieres comprar, pues sí, puede que des una imagen. No me paso el día hablando de esas cosas y estoy bastante preocupada por el mundo. Soy muy sensible y como ya he dicho en alguna ocasión las cosas me preocupan tanto que intento no leer la prensa ni ver los telediarios porque invariablemente me pongo a llorar. Yo intento ser lo más transparente que puedo en cada opinión que vierto pero aún así, no se puede evitar que la palabra escrita llegue de una forma distinta a la forma en que llegaría si estuviéramos tú y yo metidos en una conversación.

Todo lo que dije lo dije porque es lo que pienso, (¡Sí! ¡Es lo que pienso! ¡Horror! ¡Vergüenza!), pero algunos empezasteis a sacar frases y a analizarlas como si fuera un examen de comentario de texto. Reconozco que vistas así, y separadas del fondo de mi pensamiento global, me convertían en no se qué clase de persona (un ogro que no está de acuerdo con que los abuelos cobren pensiones o alguien que desea que todos los funcionarios sean despedidos? Alguien que no respeta las ideas de revolución y que no está de acuerdo con que haya esperanza y que la gente se manifieste y mueva el culo por ello? Alguien que celebra el statu quo o que cree que el país funciona perfectamente?) No sé, de verdad, me parece curioso que os pareciera que eso es lo que pienso, pero si es lo que transmitió mi escrito pues entonces debo asumir que la culpa es mía cien por cien.

Tampoco negaré que me sorprende que de repente se criticara mi “tono”, cuando es el tono que utilizo en general para hablar de cualquier cosa, desde la casa de turno a la marca de ropa nueva que he encontrado por ahí. Asumo entonces que hiere porque sentís que estaba atacando vuestros ideales o que estaba burlándome de que paséis algunas horas en las acampadas o saquéis los 155 euros del banco de forma simbólica. Pues entonces pediré disculpas de nuevo a quien se haya sentido herido porque tampoco fue esa mi intención.

Sin querer volver al tema –porque ya no hablaré de asuntos delicados más: ni fútbol ni política ni religión, qué curioso que seamos tan poco abiertos en las cosas que más importan (no el fútbol, eso en realidad importa poco)- diré que mi opinión iba más en la dirección de hacer notar que creo que a veces, incluso en las revoluciones lícitas y deseables, actuamos como movidos por las modas, sin pensar exactamente en el fondo de las cuestiones. Se contagia el entusiasmo, y eso es bueno (más que bueno, incluso), pero no se contagia el pensamiento tras la acción. Y sobre todo, muchas veces se contagia la acción por demasiado poco tiempo. Yo decía que me parecía que esto iba a ser una moda pasajera (de ahí el título), que si no hubiera sido por la represión policial el movimiento estaría prácticamente muerto, y que por supuesto uno no puede estar acampado para siempre, que si se quiere llegar a un cambio verdadero hay que tomar acción de otras formas. No dudo que muchos de los que os lanzasteis a ponerme los puntos sobre las íes seáis personas altamente comprometidas, que luchan cada día contra el mal y la injusticia, y que yo a vuestro lado sea una mindundi ignorante (que seguro que lo soy), pero aún siendo así, no veo por qué deberíais perder un solo momento de vuestra indignación escribiéndome vuestra opinión y no yendo a luchar por un mundo mejor más allá del ridículo alcance de este triste blog.

Pero bueno, no quiero meterme otra vez en ese pantano porque veo que no tiene salida y acabaré hundiéndome de nuevo bajo vuestros gritos de reproche. Si borré el post fue porque no me gustaba en lo que se estaba convirtiendo y este blog en general no está pensado para tratar cosas así, aunque desde luego, como muchos decís, es mi “casa” y tendría que poder decir lo que quisiera. Agradezco a los que salisteis en mi defensa ayer, pero la verdad es que visto desde mi asiento parecía una guerra. Una guerra, a veces más o menos educada, que había empezado yo. Me sentí muy mal y además no tenía ganas de responder a tantas cuestiones que parecían no entenderme y sobre todo, no querer entenderme.

Yo normalmente no discuto más que con mi pobre novio, así que desde luego, las acusaciones cruzadas y por escrito, además escudadas en el hecho de que en internet todos somos más o menos anónimos (excepto yo en este caso, que era el blanco de toda vuestra indignación acumulada, y yo para vosotros tengo un nombre y una cara y sabéis si me he ido a pasear o si he cenado pescado o si me pinto los ojos de color rosa, pero yo de vosotros no sé nada, así que tenéis que entender que recibir tanto de entes anónimos, sin cara ni ojos ni cuerpos, es como sentir que viene hacia ti una marea de zombis sólo porque resulta que estás viva y te huelen) me repelen. Muy desagradable, vamos. Reitero en decir que me sentí fatal. No por lo que había escrito, ni por los ataques frontales –que la verdad, también duelen-, sino por el revuelo causado.

¿Culpa mía? Sí. Un error del que he aprendido mucho, por suerte soy una maestra en el arte de aprender de los errores.

Y ya. Con esto vamos a dar por finiquitado este tema. Si alguien no se siente a gusto aquí, conmigo, que nunca vuelva a teclear mi dirección en su explorador. Los que queráis algo que necesite una respuesta, podéis enviarme un mail. Y los que sigáis teniendo ganas de guerra, este no es el lugar ni el momento. La guerra no va conmigo, por más que os pareciera que mi texto era algún tipo de panfleto anti-revolucionario.

Espero haberme explicado con claridad. Mañana volveré con algún otro asunto intrascendente. Ahora me voy a ver a mi sobrino y a intentar colaborar en su educación librepensadora :)