PARA VIVIR MEJOR: LIMPIA EL BAÑO SIN QUIMICOS

Como ya debéis saber a estas alturas, hay algo que me vuelve completamente loca y es el pensar en la cantidad de productos químicos totalmente perjudiciales a los que nos exponemos cada día por voluntad propia y porque se supone que nos hacen estar mejor cuando en realidad es todo lo contrario.

Es muy difícil eliminar completamente el uso de químicos extraños, pero hay algunas cosas que podemos hacer sin mucho esfuerzo para al menos sentirnos en paz con nosotros mismos por haberlo intentado y disminuir nuestro sentimiento de culpa respecto a la destrucción del medio ambiente y la degradación de la raza humana por la perpetuación de modelos de belleza o limpieza que no hacen más que destruir a cambio de la riqueza de unos pocos. 

Esta introducción tan panfletera como de Greenpeace me ha venido ahora que me encuentro medio enferma* y he pedido a Ari que cuando vuelva de trabajar me traiga mi remedio homeopático (que también viene de unos laboratorios que se han hecho riquisímos con el tema, pero al menos el remedio para mi cuerpo no es peor que la enfermedad). De todas maneras, como sé que la gente con el tema de la salud es a veces un poco cerrada y les parece mejor tomarse un gelocatil cada día que ir al homeópata una vez cada seis meses, no voy a centrarme en el tema de los medicamentos sino en esas pequeñas cosas que podemos hacer para que nuestro hogar esté el máximo de libre de productos químicos espantosos.

* este post lo empecé a escribir hace bastantes días, no os preocupéis por mi salud, se pasó enseguida (gracias a la homeopatía, ehem!).

Lo que me lleva al asunto que me ocupa. ¿Sabéis cuando vuestras abuelas os decían que para limpiar la plata lo mejor era un poco de bicarbonato o que un chorrito de ginebra en un trapo deja la cristalería como nueva? Pues esto es lo mismo. En lugar de tener un armario lleno de cosas que si se volcaran y mezclaran producirían una bomba atómica en tu cocina, podrías tener a mano unos cuantos ingredientes naturales y preparar tú mismo unas recetas súper fáciles para cada cosa que tienes que limpiar. Puede que dé un poco de pereza al principio, pero te aseguro que sale cientos de veces más barato, no contamina, no ayudas a que los laboratorios se forren y además consigue hacerte sentir mejor persona. No sé qué más se le puede pedir a algo que te hace limpiar la casa excepto que además, la limpie otra persona por ti (ojalá me pasara esto último a mi). 

Vamos allá.

Hoy empezamos con recetas para limpiar el baño (las he sacado de webs en inglés así que están en cups, si no tienes medidor de cups busca en google un conversor de medidas o hazlo a ojo, no tiene tanta importancia): 

Los ingredientes esenciales son bicarbonato, vinagre y agua (en casos en que se es muy paranoico con los gérmenes podemos sustituir el bicarbonato por borax). 

El limpiador universal para todo el baño se podría hacer tan fácilmente como cogiendo una botella de las de spray vacía, poniéndole más o menos un tercio de vinagre (el vinagre es un excelente asesino de bacterias), unas gotas de aceite esencial de algo que te guste (por ejemplo, eucaliptus que además es desinfectante, o romero...) para que la receta además huela bien ya que estamos acostumbrados a que el olor a limpio no es olor a NADA sino a limón, pino o flores del bosque, le añades un par de cucharadas soperas cargaditas de bicarbonato y rellenas el resto de la botella con agua templada. Lo agitas y fin de la historia. 

Con esto puedes hacer el mantenimiento de todo tu baño de una forma fácil y barata y no tóxica. 

Para las cuestiones más difíciles, como por ejemplo, la taza del váter, no hace falta que nos obsesionemos con la lejía. Mezclando 1/4 de taza de bicarbonato (o borax) con 1 taza de vinagre y dejándolo actuar un rato como hacemos con la lejía será suficiente para que los bichitos que amenazan nuestra higiene mueran. Igual si hablásemos de un baño público yo no lo limpiaría sólo con esto, pero tratándose de la casa de uno es enough.

Para limpiar el espejo o las mamparas, aunque no hace falta usar nada más que un pañito húmedo que no deje pelo, podemos mezclar agua con un chorrito de vinagre. 

Para las cañerías, la misma mezcla que para el váter si queremos aumentando un poco más la dosis de bicarbonato, lo dejamos actuar el rato que consideremos (toda la noche si hace falta) y echamos agua hirviendo después.  

Para la odiosa cal de los grifos, y si el "universal" no funciona, suele ser suficiente con un paño mojado en vinagre.

Y para el asqueroso moho (a nosotros se nos hace un poco encima de la ducha), mezcla a partes iguales vinagre y borax hasta hacer una pasta (1/2 taza de cada) y frota la pared con un cepillo o esponja, aclara con agua o una bayeta. Si es mucho moho, puedes dejarlo actuar un rato. 

¡FIN DE LA CUESTIÓN! ¿Quién necesita lejía, don limpio, esa cosa de las tuberías que huele a rayos y demás parafernalias? (ya conté que una vez casi muero por mezclarlos para limpiar la bañera!)

NADIE!