Hola Olga,
Hace tiempo que sigo las consultas a través del blog de Dumboshop y he dudado bastante antes de decidirme a escribirte, pero creo que necesito una opinión profesional. Tengo 28 años y llevo casada desde los 22 con un chico de mi misma edad. Siempre ha sido muy reservado con sus sentimientos e incluso con los problemas, cuando intento acercarme a él se encierra en un caparazón que no hay manera de abrir. Esto se soluciona cuando, al cabo de un par de días o tres, se libera y actúa como si nada hubiera pasado. Intento respetar ese tiempo que parece necesitar, pero también me gustaría que compartiera sus preocupaciones conmigo, a fin de cuentas para eso estoy... no hace falta que se lo trague él solo. He hablado con él sobre esto, pero me dice que no es capaz de hacerlo.
Yo ya sospechaba (por la relación con sus padres) que no había tenido una infancia fácil, pero hace poco me confesó, después de mucho insistir, que había sufrido malos tratos psicológicos y físicos (aunque en menor medida) y que fue testigo involuntario de demasiadas situaciones no recomendables para un niño. Está muy agobiado porque cree que no es capaz de demostrar a nuestros hijos (tenemos 2) que los quiere, porque "no le sale" darles un beso o abrazarlos. Yo le he dicho que no todo termina ahí, los niños se sienten queridos por él: pasan tiempo juntos, juegan, y siempre está ahí cuando lo necesitan. Eso también demuestra amor ¿no? Pues él no lo ve así y cada día lo pasa peor.
¿Su manera de ser se debe a la infancia que tuvo? Uno de nuestros hijos tiene Síndrome de Asperger, se que aunque no es genético, es probable que uno de los padres (o los dos) descubra que también lo es cuando diagnostican al hijo. ¿Podría serlo y no saberlo? Le he hablado muchas veces de acudir a un profesional, pero dice que no sería capaz de contarle nada a un desconocido, se avergüenza... ¿Cómo puedo ayudarle?
Muchísimas gracias y enhorabuena por la sección, es una orientación excelente.
Querida A:
La respuesta a tu primera pregunta es que sí, sin duda. La infancia (en particular los primeros 5 años de vida) es fundamental para la construcción de una identidad sana. Me gusta esta frase de la psicoanalista Alice Miller, quien ha escrito largo y tendido sobre el tema del abuso: “Las vivencias conflictivas de toda la infancia están en la oscuridad, ocultas en esas tinieblas permanecen las claves para la comprensión de toda su vida ulterior.”
Para mí, la clave de tu relato se encuentra en la palabra “se avergüenza”. Por lo que cuentas, parece que tu pareja lleva un niño muy herido en su interior, lleno de dolor, seguramente de tristeza y, debajo de esa tristeza, de ira. Contactar con ella sería el primer paso para sanar. Este es un trabajo doloroso, sin duda, pero necesario. (¡Todos los psicoterapeutas hemos pasado por ahí!). Luego ya vendrá el perdonarse, perdonar a sus padres y aprender a demostrar su amor.
¿Cómo va a darles a sus hijos lo que no tiene? Es imposible. Que intente aceptar que esto es así en este momento, pero que no tiene que ser así para siempre. El cambio pasa por expresar la rabia y el dolor por el maltrato recibido: desprecio, indiferencia, humillación… Hay mil maneras de destrozar la autoestima de un niño, es bien fácil, pues el niño se mira en el espejo de sus papás, y la imagen que estos le devuelven es la que ellos creen que son. Esta es la manera más directa de perder la verdadera identidad, el “yo” esencial de cada uno de nosotros: en su caso, de creer que es alguien que no sabe amar, abrazar, besar… No, ese no es él, sino la identidad que se construyó para aliviar el inmenso dolor de unos papás maltratadores. Y parece que lo hizo muy bien, que se tragó que ese era él. Cuando un niño sufre abusos se siente avergonzado, como si hubiera algo malo en él. Piensa algo así como: “Debe de haber algo malo en mí, si no me querrían”. Así que el trabajo para por recuperar su verdadero “yo”, liberarse de ese falso que lo está estrangulando.
En cuanto a tu segunda pregunta (si podría tener Síndrome de Asperger) la respuesta es que no lo sé, pero en todo caso, ¿qué cambiaría eso? ¿Que tendría una etiqueta que lo catalogaría con una enfermedad mental, y tal vez su autoestima disminuiría aún más? No creo en las etiquetas médicas, no son más que una manera de catalogar a las personas por su enfermedad, y en mi línea de trabajo humanista es preferible centrarse en los aspectos sanos de la persona, que todos tenemos. Reconocer una enfermedad/condición es útil, desde luego, pero no si sirve para encasillarlo de un modo determinado y socavar aún más su autorrespeto. En el caso del síndrome de Asperger, hay gente luchando para que deje de considerarse como enfermedad mental, o sea que…
¿Podrías enseñarle esta consulta a tu pareja y que lea mi respuesta, por si le sirve de algo? Te animo a que lo hagas. Aquí estoy para cualquier otra duda que tengas/tengáis.
Un fuerte abrazo,
Olga.
Hace tiempo que sigo las consultas a través del blog de Dumboshop y he dudado bastante antes de decidirme a escribirte, pero creo que necesito una opinión profesional. Tengo 28 años y llevo casada desde los 22 con un chico de mi misma edad. Siempre ha sido muy reservado con sus sentimientos e incluso con los problemas, cuando intento acercarme a él se encierra en un caparazón que no hay manera de abrir. Esto se soluciona cuando, al cabo de un par de días o tres, se libera y actúa como si nada hubiera pasado. Intento respetar ese tiempo que parece necesitar, pero también me gustaría que compartiera sus preocupaciones conmigo, a fin de cuentas para eso estoy... no hace falta que se lo trague él solo. He hablado con él sobre esto, pero me dice que no es capaz de hacerlo.
Yo ya sospechaba (por la relación con sus padres) que no había tenido una infancia fácil, pero hace poco me confesó, después de mucho insistir, que había sufrido malos tratos psicológicos y físicos (aunque en menor medida) y que fue testigo involuntario de demasiadas situaciones no recomendables para un niño. Está muy agobiado porque cree que no es capaz de demostrar a nuestros hijos (tenemos 2) que los quiere, porque "no le sale" darles un beso o abrazarlos. Yo le he dicho que no todo termina ahí, los niños se sienten queridos por él: pasan tiempo juntos, juegan, y siempre está ahí cuando lo necesitan. Eso también demuestra amor ¿no? Pues él no lo ve así y cada día lo pasa peor.
¿Su manera de ser se debe a la infancia que tuvo? Uno de nuestros hijos tiene Síndrome de Asperger, se que aunque no es genético, es probable que uno de los padres (o los dos) descubra que también lo es cuando diagnostican al hijo. ¿Podría serlo y no saberlo? Le he hablado muchas veces de acudir a un profesional, pero dice que no sería capaz de contarle nada a un desconocido, se avergüenza... ¿Cómo puedo ayudarle?
Muchísimas gracias y enhorabuena por la sección, es una orientación excelente.
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Querida A:
La respuesta a tu primera pregunta es que sí, sin duda. La infancia (en particular los primeros 5 años de vida) es fundamental para la construcción de una identidad sana. Me gusta esta frase de la psicoanalista Alice Miller, quien ha escrito largo y tendido sobre el tema del abuso: “Las vivencias conflictivas de toda la infancia están en la oscuridad, ocultas en esas tinieblas permanecen las claves para la comprensión de toda su vida ulterior.”
Para mí, la clave de tu relato se encuentra en la palabra “se avergüenza”. Por lo que cuentas, parece que tu pareja lleva un niño muy herido en su interior, lleno de dolor, seguramente de tristeza y, debajo de esa tristeza, de ira. Contactar con ella sería el primer paso para sanar. Este es un trabajo doloroso, sin duda, pero necesario. (¡Todos los psicoterapeutas hemos pasado por ahí!). Luego ya vendrá el perdonarse, perdonar a sus padres y aprender a demostrar su amor.
¿Cómo va a darles a sus hijos lo que no tiene? Es imposible. Que intente aceptar que esto es así en este momento, pero que no tiene que ser así para siempre. El cambio pasa por expresar la rabia y el dolor por el maltrato recibido: desprecio, indiferencia, humillación… Hay mil maneras de destrozar la autoestima de un niño, es bien fácil, pues el niño se mira en el espejo de sus papás, y la imagen que estos le devuelven es la que ellos creen que son. Esta es la manera más directa de perder la verdadera identidad, el “yo” esencial de cada uno de nosotros: en su caso, de creer que es alguien que no sabe amar, abrazar, besar… No, ese no es él, sino la identidad que se construyó para aliviar el inmenso dolor de unos papás maltratadores. Y parece que lo hizo muy bien, que se tragó que ese era él. Cuando un niño sufre abusos se siente avergonzado, como si hubiera algo malo en él. Piensa algo así como: “Debe de haber algo malo en mí, si no me querrían”. Así que el trabajo para por recuperar su verdadero “yo”, liberarse de ese falso que lo está estrangulando.
En cuanto a tu segunda pregunta (si podría tener Síndrome de Asperger) la respuesta es que no lo sé, pero en todo caso, ¿qué cambiaría eso? ¿Que tendría una etiqueta que lo catalogaría con una enfermedad mental, y tal vez su autoestima disminuiría aún más? No creo en las etiquetas médicas, no son más que una manera de catalogar a las personas por su enfermedad, y en mi línea de trabajo humanista es preferible centrarse en los aspectos sanos de la persona, que todos tenemos. Reconocer una enfermedad/condición es útil, desde luego, pero no si sirve para encasillarlo de un modo determinado y socavar aún más su autorrespeto. En el caso del síndrome de Asperger, hay gente luchando para que deje de considerarse como enfermedad mental, o sea que…
¿Podrías enseñarle esta consulta a tu pareja y que lea mi respuesta, por si le sirve de algo? Te animo a que lo hagas. Aquí estoy para cualquier otra duda que tengas/tengáis.
Un fuerte abrazo,
Olga.
hablan de ti en kireei...
ResponderEliminarun beso de viernes!!
Mi novio es igual. Clavao. Me solidarizo contigo... pero... son majos igual, ¿no?
ResponderEliminarEjem, mi comentario debía ir en la entrada anterior. La de los goonies.
ResponderEliminarMe gusta bastante vuestro blog, las distintas secciones que ponéis, música, ... y por ello os merecéis claro que si un pequeño premio que os he dado en mi blog
ResponderEliminarSaludos desde Málaga:)
Yo he vivido una situación similar con mi marido y sólo ha mejorado gracias a la ayuda de una psicoterapeuta.
ResponderEliminarCreo que es un paso imprescindible que tu marido tiene que dar para recorrer el largo camino de entender muchas de las cosas que le pasan.
Por nuestra experiencia te animo a que lo hagas. Bueno, a que lo hagáis... en nuestro caso esto estaba estropeando nuestra relación y el tratarnos los dos con la misma persona, por separado, nos ha servido para mejorar muchísimo la confianza del uno en el otro y la comprensión, la superación de temores...
Hola Olga:
ResponderEliminarMuchísimas gracias por una respuesta tan completa. Más o menos ya me imaginaba por dónde podía ir la cosa y me lo has dejado más que claro. Después de leerla se la enseñe a mi marido y hablamos ampliamente sobre el tema.
Cuando comentaba si su problema pudiera ser Asperger, me refería a la incapacidad de expresar sentimientos y a cierta necesidad de soledad o aislamiento, ya que es una de las características principales de la gente con SA.
De todas formas, por fin ha decidido buscar ayuda, por lo que en 2 semanas empieza con sesiones semanales en un psicólogo.
Los dos agradecemos profundamente tu ayuda y te deseamos lo mejor. Un fuerte abrazo :)