Dentro de pocos días cumplo 32 añitos y, como siempre que se acerca mi cumpleaños, estoy haciendo balance de mi vida y veo qué ha pasado en los últimos meses, qué ha cambiado desde el último cumple, si estoy más cerca o más lejos de mis objetivos, etc. Este año está siendo especial, y os preguntaréis “¿qué le habrá pasado este año para que sea especial? ¿acaso se casará? ¿acaso tiene una preñaúra? ¿acaso se ha presentado a los castings de Granjero Busca Esposa?” Pues aunque no descarto eso último, lo más importante, inquietante y destacable que me ha pasado este año, ha sido que en el súper han pasado de llamarme “nena” a llamarme “señora”.
El primer día que la cajera del súper me llamó señora, y yo me di cuenta de que no se refería a la nonagenaria que tenía detrás sino a mí, me provocó tal shock que en cuanto llegué a casa estuve más de media hora mirándome al espejo buscando los signos TAN evidentes que habían llevado a esa chica, no mucho menor que yo, a hablarme de usted. Pero no conseguí averiguar cuáles eran, pues gracias a la grasa que me rellena no tengo ni una sola arruga en la cara (no todo habían de ser desventajas) y mi piel resplandece cual rayo de sol.
Con el fin de saciar mi sed de información, me dirigí a casa de mis padres a revisar los álbumes de fotos para ver mi evolución y comprobar que, de verdad de verdad de verdad, me estoy haciendo mayor y mi pacto con el diablo fue un sueño y no real. Querido Satán, ya no te ajunto. Y una vez había revisado todas las fotos me di cuenta que, no solo era verdad que me hago mayor, sino que además me estoy agüelizando a un ritmo tan vertiginoso que probablemente dentro de menos de una década estaré usando Tena Lady, llamando “morenitos” a los chicos negros y diciendo “oi oi oi oi oi “ cuando me cuentan un cotilleo.
Así ha sido mi evolución por etapas hasta el día de hoy:
* bebé adorable: al ser la pequeña de tres, cuando nací no tuve más remedio que ser un bebé adorable para evitar que mis propios hermanos me vendieran al circo por ser competencia desleal. Eran tan bonica y simpática, tan dulce y abrazable, que era obvio que dentro de mí algo malo se estaba gestando y me lo estaba callando como una mala pécora.
* niña introvertida: cuando empecé a hablar y relacionarme en general, pasé a ser una niña tímida e introvertida, que prefería jugar con los animales. También me dedicaba a pintar las paredes de casa con rotuladores, hacía espirales eternas que empezaban en una esquina de la habitación y seguían hasta que se acababa la pared, entonces cogía otro color y dibujaba otra espiral por encima de la que ya había. Mi día favorito del año era cuando mis padres decidían que, como parecía que a la niña se le había pasado la neura de las espirales, tocaba pintar las paredes, y yo volvía a casa del cole y me encontraba la gran sorpresa de que habían limpiado mi lienzo y volvía a tener vía libre para mi gran pasión artística y volvía a empezar. No es que se me hubiera pasado la neura, es que no quedaba espacio al que yo pudiese llegar y necesitaba lienzo nuevo. Pobres ingenuos. Esta fue mi etapa Carrie, pero no de Carrie Bradshaw, sino Carrie la niña jodía que da tanto miedo.
* pubertad machote: debido a la diferencia de edad con mi hermana, ella es siete años mayor que yo, mi hermano se convirtió en mi compañero de juegos. Así que estuve gran parte de mi infancia jugando a indios y vaqueros, al coche fantástico, a ver cuántos trocitos se pueden hacer de una Barbie, etc. Lo más femenino que tenía a mi alcance era la cabeza enorme de una Nancy que servía para maquillar y que yo heredé de mi hermana. Me dedicaba a pintarla con el maquillaje bueno de mi madre hasta que parecía Carmen de Mairena. En esa etapa adquirí un estado de forma bastante atlético, puesto que cada vez que usaba las pinturas de mi madre, tenía que hacer los 100 metros lisos detrás de una mujer fuera de si con una espumadera metálica en la mano. Aún hoy cuando veo la espumadera de mi casa, un escalofrío recorre mi cuerpo…
* adolescencia rebelde: cuando llegué a la adolescencia, me convertí en grunge. Aunque nunca fui la hija que toda madre desea, ni cursi, ni femenina, ni rodeada de muñecas, debo reconocer que mi adolescencia grunge debió ser de lo más chocante. Me corté la melena larguísima– largo fans de Camela - que llevaba años cultivando, cambié mi guardarropa por un montón de camisas de leñador y polos anchos y me encerré en mi habitación escuchando Creep durante horas y horas. Yo sigo pensando que parte de culpa de esa etapa la tuvieron los brackets, que me apretaban los dientes y no me permitían comer pipas. Probad a estar dos años sin poder comer pipas, eso angustia a cualquiera y Radiohead lo expresaba la mar de bien.
* juventud “divino tesoro”: una vez hube superado la etapa nihilista, entré en un momento de resurgimiento y pasé del nihilismo al hedonismo. La universidad y sus juergas y el Erasmus, han hecho que tenga esa época de mi vida ligeramente borrosa, y me alegro de no acordarme demasiado de algunas cosas y, sobre todo, de algunos mozos, así que no puedo detallar nada más. Espero que mi familia no esté leyendo esto…
* chica de provecho: cuando se me pasó la resaca juvenil, tuve que empezar mi carrera laboral. Trabajar en la empresa familiar tiene cosas buenas y cosas malas, y más cuando aún vives con tus padres/jefes. Las cosas malas son que nunca se acaba el trabajo, siempre es buen momento para hablar del tema: once de la noche, domingos de resaca, Nochebuena, etc. Las cosas buenas son… bueno, en realidad solo hay una: que siempre te queda el suicidio como última opción. “Always look at the bright side of life, tiririririri”.
* señora de 32: ya llevo varios años con un puesto estable en la empresa familiar, largo tiempo con el señor de Luci y viviendo fuera del hogar paterno, así que la estabilidad y la harmonía…………. Y una mierda pa’ mi!!!! Esta estabilidad ha dormido ese espíritu rebelde que tanto cultivé dibujando espirales en las paredes, así que para calmar los nervios y evitar sucumbir al impulso que me llevaba a hacer caso a esa voz interior que me decía “empújalos a todos a las vías cuando pase el metro, si ellos se lo merecen, se ponen muy cerquita del borde, te están provocando”, tuve que dar rienda suelta a mi creatividad y apuntarme a cursos de ganchillo. Escogí el ganchillo porque no es un arma blanca, no como las agujas de tricot, que las carga el diablo.
Y así, como os he comentado al principio, veo que ya he entrado en una vorágine de senectud que preveo que se va a componer, más o menos, de las siguientes etapas:
- cuarentona moderna: esa etapa de tu vida en que no aceptas tu edad y sigues yendo al Primavera Sound vestida a la última moda, pero ahora ya no puedes aguantar la orina ni un concierto entero, cuando antes tu vejiga aguantaba los tres días que tenías de abono.
- vigorexia Madonna: sabes que te haces mayor, pero no quieres que tu cuerpo lo sepa también, así que decides tener más fibra en tu cuerpo que en una sola loncha de jamón york de marca blanca.
- vestirse juvenil: cuando describes tu vestuario como “juvenil”, lo siguiente es cortarse el pelo como si te lo hubiera mordisqueado un hámster, teñírtelo de algún color chillón y maquillarte como a mi Nancy cabezuda. Es la etapa madre de Daniel, el informático virgen de “¿Quién quiere casarse con mi hijo?”.
Gracias por alegrarme el desayuno!
ResponderEliminarFan total y rendida a tus pies!!!
ResponderEliminarGenial.
ResponderEliminarLuci sigue maravillándome, en serio. Qué manera de reir ya de buena mañana, y con las cosas más simples de la vida. Aunque me río y me entra un escalofrío a la vez, sintiéndome identificada...
ResponderEliminarLucía for president!
lo mio no eran las espirales, eran las flores! y me servían las paredes, el suelo y los cuadernos de mi hermano!!! los míos estaban intactos!!
ResponderEliminarmuy buena luci!
Buenísimo! Que buen regalo para empezar bien el día! Gracias Lu!!
ResponderEliminarjeje.... Me ha encantado! Además.... también tengo 32 y más cosas igual que tu....
ResponderEliminarbesos!
ay que risa! es tremenda esta luci, deb! que buen pero buen fichaje!
ResponderEliminarEste post da para un libro!! piénsalo Luci, aquí tienes más de una compradora... YO la primera :)))
ResponderEliminarRollo biografía de Anita Obregon!!
Luci, eres genial!
ResponderEliminarQue bueno!! Por cierto dile a la cajera del súper que se ponga gafas.... por dios!
ResponderEliminarMuy bueno este repaso de tu vida! Mucho mejor que el programa de MAria Teresa...a tu lado es una aficionada de echar la vista atrás!!
Muas
¡Enormeeee! No he podido parar de reír leyéndote... Gracias por alegrarme el día!!!
ResponderEliminarLuci, cariño ¿cuándo te has callado tú algo? Viendo tu twitter, será en tu época de bebé adorable o en la adolescencia rebelde.
ResponderEliminarUn besote,
Olga
Genial! me siento taaaaaaan pero taaaaaan identificada.
ResponderEliminarAunque yo añadiría, aunque eso pasa años antes, cuando un niño te pregunta: - Señora, me puede decir la hora?? Señora, yo!!!!
Bss
Maria
Bravo!!!
ResponderEliminarBravo!!!
ResponderEliminarplas! plas! plas! (que para quién lo dude: es CLARAMENTE un aplauso) :)
ResponderEliminarQue bueno!! un rato con cafe y luci...insuperable!!! gracias!!
ResponderEliminarxDDDD Buenísimo. Yo tengo 25, no 32, pero vamos, que me lo veo venir. Estoy en la época "trabajo estable con la familia" pero viviendo en casa aún con mis padres/jefes, así que te comprendo... jajajajaja
ResponderEliminarQué bueno, lo que me he reído. Me ha encantado este post.
ResponderEliminarUn saludo
Silvia (BlogTravesia)
¡Genial post! Yo llevo muy mal lo de la edad. A los 14 me di cuenta de que a partir de ahí todo iría en picado. Ahora tengo 21 y el otro día un señor de unos 55 me llamó señora.
ResponderEliminarA mi lo que más me choca es:... que haya gente que ha cumplido la mayoría de edad después de mi... Que haya personas que con menos años que yo que ya se han labrado una fortuna... Y que mi hermano ya tiene 23, cuando para mi siempre ha sido el peque...
ResponderEliminarSiempre leo el blog, pero es que las aportaciones de luci.....hahahahahahahahahahaha me encantan!!!!!
ResponderEliminarMariona
Jjajajaja LUCÍA, QUIERO CONOCERTE jajajaja
ResponderEliminarHa estado genial x-)
http://sonrisasinprisa.blogspot.com
me encanta saber q no estoy sola en mi angustia por mi agüelización!!!!
ResponderEliminarsaludos desde mi mecedora!!!!
I love Luci!!!
ResponderEliminarPues menos mal que te estás callando las cosas, reina!
ResponderEliminarQue fichaje¡¡¡ A tu lado Guardiola no tiene ni idea... lo mejor del día¡¡¡
ResponderEliminarTe he encontrado de csualidad...te guardo en favoritos, jodía, que con las arrugas de la medio sonrisa de leer tu post me he sumado 10 años. Voy a ir buscando las zapatillas de andar por casa para salir a la calle mañana. Besos desde Toledo!
ResponderEliminarme estoy partiendo de risa!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminar:))))))))))))
Jajajaja, genial Lucía, como siempre
ResponderEliminarBeso!