MI MATRIMONIO DE CONVENIENCIA NUNCA SE HIZO REALIDAD

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Seguramente muchas de las chicas que estáis leyendo esto ahora mismo habéis soñado muchas veces con vuestra boda, tanto las que ya la habéis hecho realidad como las que aún no. Todo será perfecto, el sitio, el vestido, las flores, incluso si hay suerte hasta el novio lo será, pero eso es lo de menos. El sol resplandecerá iluminando vuestra melena, la tarde caerá sobre el horizonte dejando un destello de brillo en el mar – aunque te vayas a casar en Toledo, si TÚ lo quieres, el sol iluminará el mar - y vuestra pareja os jurará amor eterno ante un selecto grupo de amigos y familiares que ovacionarán emocionados vuestro pacto de amor. Pues yo la verdad es que no. Cuando yo era pequeñita quería ser groupie de estrellas del rock y pasármelos a todos por la piedra.

sacada de aquí

Los que me conocen bien, conocen también mi rechazo ante la idea del matrimonio en general y el hecho de organizar una boda para mí en particular. Esto no significa que no me gusten las bodas, me encantan. Me gusta maquearme, me gusta la buena zampa (véase mi anterior post) y me gusta bailar como si no hubiera un mañana y nadie me estuviese mirando, así que una boda es mi plan perfecto para pasármelo bien. Además, como desde el año 2007 he visto más bodas que reposiciones de capítulos de Los Simpsons, pues como que le he cogido el gustillo a eso de ser invitada. Es por esta razón que nunca me han hecho una propuesta de matrimonio en firme. Y digo en firme porque en el post de hoy os voy a explicar cuando me quisieron arreglar un matrimonio con un mozo de pueblo.

Corría el año 2008, Barack Obama era elegido presidente de EEUU, Kosovo se declara independiente de Serbia y Britney volvía a la música con Womanizer (esto también es muy importante). Me dispuse a pasar una semana de vacaciones en el pueblo de mi padre, con mi hermana y mi sobrino. El pueblo de mi padre, del cual no diré el nombre para evitar linchamientos futuros, está situado al nordeste de la provincia de León y contaba con 422 habitantes censados el año 2008. Y entre todos esos habitantes, estaba EL SOLTERO del pueblo. Para daros más detalles, a EL SOLTERO no le llaman por su nombre cuando hablan de él, sino que es el sobrino de Fulano. A partir de aquí, todos los nombres – menos el mío - serán cambiados para proteger la identidad de los mencionados, y básicamente para protegerme a mí.

Mi tío, que al ser familia siempre piensa en mi bien, tuvo la genial idea de que yo debería ser la que se llevase tremenda joya, así que tuvimos una conversación que fue más o menos así:

- Luci, ¿por qué no te arrejuntas con el sobrino de Fulano?

- ¿Fulano tiene un sobrino?

- Sí, es un buen mozo, es fuertote y tiene mucho dinero. Le ha tocado muchas veces la Primitiva y la ONCE. Ahora vendrá Fulano y él te lo cuenta todo.

- ¿En serio? ¿Cuánto dinero crees que le ha tocado en total?

- Pues no sé, pero varios millones. Creo que sería una buena idea que lo conocieras a ver si os gustáis. Él no ha tenido nunca una novia.

- Pero tío, tú sabes que tengo novio, si lo conoces desde hace tiempo.

- Ya, pero ese no cuenta, es catalán*.

- Ehhhh, bueno, si tiene tantos millones a lo mejor lo puedo mirar de lejos a ver qué pinta tiene, ¿no? Porque, ¿qué edad dices que tiene el mozo?

- No sé, rondará los 50 más o menos.

- ¿P-E-R-D-Ó-N? Sabes que yo tengo 28, ¿no? Además, un señor de más de 50, que nunca ha tenido pareja y que está forrado de millones, debe ser el cliente del año en el puticlub de la comarca!!

- ¿Y qué más dará?

*(Nota del autor: juro por diosito que dijo eso)

Ahí tuve que dejar la conversación por dos motivos: primero porque justo había llegado el señor Fulano – que es de esos señores de pueblo que se te quedan mirando fijamente de muy cerquita sonriendo y sin decirte nada durante varios minutos – y porque mi hermana se estaba riendo tanto que pensaba que le iba a dar un jamacuco.

Al final acabó mi semana de vacaciones y no llegué a conocer a EL SOLTERO. Y me quedé sin la posibilidad de casarme con él, y de tener una gran boda al estilo moderna pero de pueblo en el salón de banquetes del bar de la carretera, y de ser una mujer mantenida de las que come torrijas y hace ganchillo en la mesa-brasero. ¿Y si EL SOLTERO se hubiese parecido a Ryan Goslin? ¿Os imagináis? Así que mientras espero a que se me vuelva a presentar otra oportunidad igual, sigo con mi sueño de ser groupie de estrellas del rock, pero he tenido que empezar a bajar el listón, porque Liam Gallagher me cae lejos y se me está haciendo mayor. ¿Sabéis si los de Santa Justa Klan ya son mayores de edad?