REGALOS DE CUMPLE (PARTE 1)

No, no es que me regalaran un trozo de pan con mantequilla, no. Es que Ari me regaló una panificadora!!! Es como si en lugar de comprarte un brick de leche te compran una vaca! Es la bomba!!!!

Bueno, tengo que reconocer que los tres primeros panes salieron mal, que sabían a levadura que daba asco y el tercero quedó buenísimo pero como un mazacote de pasta. Como Ari tiene paciencia ha ido probando y preguntando aquí y allá y al final el cuarto pan ha salido bueno y blandito y esponjoso. Viva! Viva!!

Ahora comemos pan que de verdad solo tiene agua, levadura, harina, aceite y sal, sin todas las mierdas podridas que le echan al pan hoy en día y además ahora en cuanto le pillemos el tranquillo vamos a hacer panes de diferentes cosas y con diferentes harinas. Y ya no desayuno un bol de cereales transgénicos sino tostaditas de pan casero. Y cuando no sé qué cenar, me pongo un poquito de pan con algo y me quedo tan ancha.

Es como una absurdidad porque al fin y al cabo es un electrodoméstico que va con electricidad y tal, pero teniéndolo en casa es como si me sintiera un poquito más cerca de nuestra futura casa de campo. Más cerca de la vida simple e independiente (con internet, claro, todavía no soy tan ermitaña!) que taanto me apetece tener.

Así que sí, para mi ha sido un regalazo. Justo lo que necesitaba. El pobre mientras lo desenvolvía me decía: si piensas que no es adecuado me lo dices y lo cambiamos. Sufría por si el hecho de regalarme un electrodoméstico me fuera a parecer demasiado práctico y demasiado poco romántico y demasiado sexista. Pero no. Nada que ver (sobre todo porque el que hace el pan de momento es él!).