6SONGS: PARA UN DÍA EN GRANADA

Una sección escrita por Eva

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Cuando el avión pasa por encima el pantano de Zújar y Sierra Nevada se ve blanca e imponente, está cerca. Granada es el sitio al que querría volver cada vez que estoy triste, o muy alegre; siempre, en definitiva. Me resulta difícil hacer entender porqué cuando llego allí me siento como en casa. Aunque me pasé 17 años sin conocerla, desde aquel primer viaje escolar no he dejado de desear volver. Es complicado explicar porque siento que es mi tierra, porque me siento tranquila y segura, porque entiendo muchas cosas de mi manera de ser. Ya no queda familia directa allí, sólo lugares donde vivieron, donde compraban higos chumbos, polos de hielo…

Cuando el avión llega al aeropuerto Federico García Lorca reconozco el aire, el asfalto de la pista, la cinta transportadora de equipaje.
Enrique Morente y Lagartija Nick – La Aurora De Nueva York

El autobús del aeropuerto se adentra por la remodelada Gran Vía de extrañas farolas. Ya pasamos el Arco de Elvira. Las gitanas del romero esperan turistas a las puertas de la Catedral. Bajamos, subimos hacia la Plaza Nueva, giramos hacia Cuesta Gomérez. Al fondo, oscurecida por el paso del tiempo, la Puerta de las Granadas. El jardín que sube empinado hacia la Alhambra. En lo alto de la Torre de la Vela, las banderas entrecortan el cielo.
091 – La Torre De La Vela

de aquí

Las casas del Albayzín se ven pequeñas, apiñadas, blancas, entremezcladas con árboles, jardines ocultos tras los muros, desde la otra orilla del Paseo de los Tristes. La iglesia del Sacromonte más arriba, los huecos que fueron casas cueva y leyendas.

Cecilia Ann – Por casualidad

El mediodía se agota en el Sant Germain, donde las flores blancas saludan desde el gran jarrón de la barra. Las copas llenas del más rico vino del subclima tropical, los platos con quesos, saladillas… lo añoro tanto como los paseos por las empinadas y empedradas calles. Allí el tiempo pasa más lento, las conversaciones son lúcidas, las sonrisas, rápidas.

Grupo De Expertos Solynieve – No Me Hace Falta

Vuelta a Plaza Nueva, esquivando perroflautas y extranjeros. Antes de llegar, el letrero amarillo y negro de La Perla promete los mejores helados de la ciudad. Alguien me lo dijo una vez, cuando yo creía que los más ricos eran Los Italianos. Ese alguien tenía razón.

Napoleón Solo – Tiene Que Acabar

Escojo el camino más corto a San Nicolás, desde la Calderería. Subo, subo y subo hasta que aparece el Carril de las Tomasas y la antigua casa de la familia Morente. Es difícil encontrar sitio en el muro donde sentarse. Quizás sea mejor dar un paseo, parar en Casa Pasteles.

Lori Meyers – Tokio Ya No Nos Quiere

Cae la noche marcando el inicio de la ruta por los bares de moda. Mis favoritos, marcados en rojo. Caerá la mañana de primera, en segunda, en tercera, en ron Pálido. Llegarán las tostás con aceite y miel. Llegará el día de marchar y cuando esté calculando desde bien alto dónde está el pantano de Zújar, sólo desearé volver a los sitios que ya me parecen tan míos. A la ciudad donde una vez quise vivir.

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