FRASES DE AMOR Y DÍAS DE AMOR

Creo que no haría falta decir que me encantan las frasecitas simples de amor con tipografías simples sobre fondos lisos y en cuadros monos. Es totalmente lo mío, junta las cosas que más me gustan en una sola.

Estas, especialmente, me pirran (este es uno de esos verbos graciosos que solo uso cuando la ocasión lo merece, en concreto "pirrar" me recuerda a peli de Alfredo Landa, creo que es un verbo muy de los 60, ¿no?).

¿Qué le dirías a tu amor en un cuadro de estos? Yo le pondría: "hola, cari". Noooooo, es broma. Yo le pondría... Ay, jo. Ahora me ha dado vergüenza.

El otro día hablaba de esas grandes frases que la gente te escribía en las carpetas, frases de la Super Pop a las que yo no encontraba ningún sentido tipo: las rosas son rojas el mar es azul y tal tal. No quiero criticar pero es que ES TAN CUTRE...! :)

Hablando de amor, Ari y yo el miércoles por la tarde salimos a pasear por el barrio, que estaba lleno de gente esperando la cabalgata, y tiramos nuestras cartas a los Reyes al buzón. Sí, en serio. Con nuestros deseos para este año. Me da un corte infinito porque el cartero verá dos cartas con el mismo sobre escritas con el mismo boli a la atención de SSMM Reyes Magos de Oriente, Att: Baltasar, y con un sello dibujado y estoy segura de que las abrirá y lo flipará. Espero que no le de por buscar nuestros nombres en internet (es lo malo de llamarse Deborah y Arieh, que si lo pones en google ya sabes dónde vas a parar). Si lo hace, y está leyendo esto, le pido encarecidamente que no lo difunda, piense que son cosas muy personales y que podría meterse en un buen lío por propagar correspondencia privada. Espero que les pongan buenas multas a los carteros que invaden la intimidad ajena :)

Bueno, en todo caso se reirá un montón. Se ha reído usted, ¿verdad? Claro.

La historia es que nos fuimos a comprar jamón y queso y morcilla choricera a la tocinería extremeña para cenar la noche de reyes como unos reyes, y como no nos habíamos hecho regalines pues aprovechamos el ambiente festivo para pasear y él me regaló un algodón de azúcar (es mi vicio secreto) y yo le regalé un boniato de estos de parada de castañera. Fuimos bastante felices, la verdad. Volví a casa con la felicidad incrustada. 

Y esto me lleva a deciros que espero que hayais tenido unos días bonitos y unas navidades en general también preciosas.  Y si no, no importa, ya vendrán tiempos mejores. Siempre vienen tiempos mejores. 

¡Hasta el lunes!