LA CASA AJENA: WHERE THEY CREATE

Hay una nueva fever (o no tan nueva, no tengo ni idea) por ahí que consiste en "desvelar" los entornos donde trabajan los artistas, es decir, vamos, que parece que a la gente nos mola ver el rinconcito donde Tal se pone a pintar o donde Cual cose sus trajes. Por una parte es lógico porque siempre estamos necesitando de comparaciones para ponernos nosotros mismos a trabajar. Pensamos: oh, si tan solo tuviera esa mesa y esa pared con esas cosas, todo sería más fácil, me saldría el trabajo de golpe... Gran mentira. Gran mentira. Luego, normalmente lo que vemos por ahí son estudios supermonos con todo mega ordenado y un montón de crafty-detalles (banderolas, ciervitos, postalitas, mil cajas de clasificación decoradas con papel superprecioso y toda conjuntadas, blablabla). En fin, más bullshit. Que claro que hay gente que tiene estudios de esos y claro que sí que es importante trabajar y vivir en un entorno bonito, pero la realidad es que la gente trabaja como puede, porque te diré una cosa: SI TODO ESTÁ IMPOLUTO, NO ERES UN ARTISTA. Si trabajas con materiales (más allá del ordenador), nada va a estar impoluto.
Total, que me gusta el trabajo de Paul Barbera porque en Where they create nos enseña la realidad de los estudios de artistas y diseñadores. Algunos más bonitos, otros menos. Algunos más ordenados y otros un verdadero caos. Algunos limpios y algunos no. Y también incluye fotos del edificio, para que no creamos que todo pasa en bosques con lagos y palacios de verano.
Y bueno, no lo digo por vosotras, lo digo por mi, que soy una flipada y de vez en cuando me va bien ver que no me hace falta nada más que yo para trabajar y hacer cosas. No necesito banderolas sobre mi cabeza para que me venga la inspiración.

¡Venga, a crear se ha dicho!