BUZONES DENTRO DE CASA

Siguiendo con nuestro proceso de decoración del nuevo hogar (de domingo a domingo, qué lentitud!), un día al salir de Ada me encontré un montón de buzones viejos tirados en un container. Como subía en bus y solo tengo dos manos no pude arramblar con más así que estas dos preciosidades se vinieron a casa conmigo. Ya hacía tiempo que le había propuesto a Ari poner un buzón al lado de la puerta de entrada para dejar todas esas cartas y papeles que van llegando y que quedan muertos en cualquier mesa o estantería hasta que nos dignamos a clasificarlas, así que como siempre, el universo me escuchó y me dejó este regalito. Cogí dos porque no sabía si el proceso de renovación me iba a salir bien -siempre soy tan impaciente que lo hago todo rápido y a veces la cago mucho- cogí dos, pero luego lo que acabé haciendo fue tan sencillo que decidí aprovechar los dos: uno para cartas y el otro para llaves. 

Pasos (hiper complicados)

1. Lavarlos a conciencia. Soltaron una de mierda que la ducha se quedó negra.

2. Secarlos bien secos. 

3. Pintar las partes que interesen. 

4. Forrarlos por dentro. Yo lo hice con nuestro clásico papel kraft.

5. Ponerles la etiquetita (esta nuestra es un apaño provisional).

6. Barnizarlos (aunque yo no lo hice porque soy así de chapucera).

7. Colgarlos!

Nosotros aún tenemos que colgarlos en alguna parte de la entrada y acabar de añadirles algún detallito, como los ganchos interiores para las llaves y unas cuerditas para tirar para abrir la puerta, ya que no tenemos llaves y la idea de meter la mano por la rendija cada vez me horroriza. 

¡Y ale! ¡Ya tenemos buzones dentro de casa!