CÓMO SER GORDITA Y NO MORIR EN LOS TÓPICOS

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Hace una semana quedé con mi amiga A que muy amablemente se ofreció a hacerme la carta astral, aprovechando que acababa de hacer un curso para aprender a interpretarlas. Mientras me explicaba que si tenía el sol en aries y la luna en libra, estuvimos comentando un rasgo de mi carácter que, según ella, estaba escondido bajo un manto de alegría y bondad. Bueno, esto último lo he exagerado un poco, no os voy a mentir. Todo este asunto me llevó a pensar que hay demasiados tópicos sobre la gente gorda, y que yo debía hacer algo para romper esos tópicos.

Porque sí, señores y señoras, debéis saber que estáis leyendo el post de una chica gordita. Y como sé que tras esta frase acabo de perder a mi numeroso público masculino, voy a seguir escribiendo para todas aquellas que queráis saber la verdad sobre los falsos tópicos de las chicas con sobrepeso. Y digo solo de las chicas, porque creo que hay diferentes tópicos para chicos que para chicas en este asunto, pero yo quiero hablar solo de lo que conozco y tengo que aguantar.

Esta foto se la dedico a Deborah por ser una buenísima anfitriona
del blog, que sé que le gustan los gatos)  

1). Las gorditas son todas muy simpáticas: seamos realistas, nadie es siempre tan afable por voluntad propia. Esta simpatía responde al hecho de no ser expulsado de la manada, es pura supervivencia. Si César Millán fuera el Encantador de Gordas y no el de chuchos, así os lo diría. Mientras otros componentes de un mismo grupo se quedan con otros roles, la guapa que siempre nos entra gratis en los sitios (véase también la que tiene las mejores tetas), la empollona a la que le pides los apuntes y le copias en los exámenes, la que organiza todos los “saraos” y gestiona todos los planes, etc., las gorditas tenemos que ser simpáticas para que la cruel sociedad no nos dé de lado y acabemos yendo a buscar novio al Diario de Patricia.

2). Las gorditas siempre caen bien en las primeras impresiones, puesto que no son competencia: debo advertiros chicas, que quizás no nos resultará muy fácil robaros al novio, pero debéis tener en cuenta que muchas veces somos sus mejores amigas, sus hermanas, sus primas, en resumen, sus consejeras. No debéis subestimar nuestra mala “follá” a la hora de malmeter. Sobre todo si nos pilláis en un momento en que estamos luchando contra nuestras ganas de merendar. Tratadnos bien, es un consejo.

3). Las gorditas deben vestirse con el único objetivo de disimular su sobrepeso: reconozco que hay determinados atuendos que es mejor evitar si la figura no acompaña, pero yo personalmente no quiero renunciar a mi espíritu yeyé, y me pongo faldas cortas, vestidos mini y shorts, por supuesto siempre bien combinados con medias tupidas o leggins (viva la moda de gomilla!!!). El mejor momento gordi-yeyé es cuando el roce de tus lozanos muslos hace que al andar se te vayan subiendo las perneras de los shorts hasta que forman un glamuroso pegote de tela arrugada en la entrepierna, que solo se puede deshacer marcándote un sutil “plié” entre paso y paso muy al estilo Billy Elliot.

4). Las gorditas deben evitar actividades que les puedan poner en ridículo: seguramente esto me lo tendrían que haber dicho antes de irme este pasado verano una semana al Algarve a aprender a hacer surf con las amigas. Tras el obvio ridículo de que te den un neopreno talla sueco de 1.90m (cuando tú eres inversamente proporcional a un sueco y a nadie que mida más de 1.60m), que te pases diez minutos luchando por entrar en el neopreno y dar vueltas sobre ti misma en plan perro que se busca la cola hasta que consigues agarrar la tira de la cremallera y subirla, y que te pongan a jugar a “pillar” en grupo para ir calentando (eso fue cruel, porque los gordos siempre somos presas fáciles), debo reconocer que pocas cosas que me hagan parecer ridícula me han divertido tanto como intentar aprender a hacer surf.

Existen muchos más tópicos sobre nosotras las gorditas, pero estos son los cuatro que más me afectan a mí y quería compartirlos. Y si algún día vais a un karaoke, y veis una chica gordita con unos shorts indecentes que le han hecho bolilla en la entrepierna, y que está cantando “Don’t cha wish your girlfriend was hot like me” mientras se da palmadas en una nalga, podéis estar seguras que detrás de ese micro estaré yo. Y probablemente delante de mí un montón de gente pasando muchísima vergüenza ajena.

Me voy con un último consejo:

de aqui