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de aquí |
Cuando era pequeña desayuno de domingo era desayuno en la cocina. Mi padre hacía el mejor colacaco del mundo y sucaba las tostadas en aceite de la manera más perfecta posible. En las mañanas de domingo en que los cereales de desayuno eran minoría en las despensas españolas en mi casa era bien probable que sonara Nino Bravo.
Mis padres tenían una cinta de Cecilia extrañamente compartida con Joan Manel Serrat. Es cierto que a mi entonces Serrat no me gustaba mucho, aunque a mi madre sí. Pero aquella historia de la mujer que recibía el ramito de violetas de un desconocido me parecía fantástica. Aquella cinta vivía con las de grabar compradas en el economato del barrio y yo en los días de fiesta me las miraba y miraba.
No puedo recordar canciones de Los Ángeles en mis domingos infantiles, pero parece que sí las hubo en los de mi madre. Es fácil pensar que sonaban en su casa en el Albayzín donde ella y mis titas comerían saladillas y tortas de aceite. Quizás sea cosa de la genética que a mi me guste ponerlos para desayunar en primavera.
Confieso que para mi los desayunos son importantes. Lo dicen los nutricionistas, atención. Me gusta desayunar igual que le gustaba a Sergio Algora (me gusta más que desayunar olerte dijo una vez) y si no lo hago me pongo de mal humor. Me gusta el momento en que me despierto en mi casa al lado del último amor, subo la persiana, cojo la cafetera y planeo el plan perfecto.
Y si hace bueno, saco las sillas al balcón.
Para la autora de este blog los domingos son sagrados, como ya dijo el Señor. Seguro que a ella ya le estaría bien que todos los días fueran domingo. Tener jardín con gatos y perros ya sería el colofón.
Si esto fuera una peli indie de historias cruzadas, en una de las dos partes en que estaría dividida la pantalla estaría yo con mi colacao, mis tostadas de pan artesano con aceite y miel y mi zumo en el balcón. Y en el otro, Deborah y Arieh en la parte alta de la ciudad, con la prensa, sus gatos, muffins ecológicas y leche de vacas que viven felices en libertad.
La vida es domingo, canción sin fin…
Para escucharlo del tirón durante toda la mañana del domingo en modo loop, click aquí.
lo que más me gusta del mundo es desayunar , y después el aperitivo , asi que me guardo la lista para el fin de semana (bueno , para el siguiente que éste trabajo :( )
ResponderEliminarLo confieso. Estoy enganchada a tu blog.
ResponderEliminarme guardo la selección para el próximo domingo q éste estaré de despedida de soltera y no creo q la resaca me dé para tanto, y subo una más:
ResponderEliminar* The Lucky One - Au revoir Simone
¿para cuándo una selección de irse de fiesta a ligar un sábado noche?
Hola!
ResponderEliminarQué guay!! Yo también guardaré estas canciones para el domingo....mmmm....
Muxu,
Irune
La vida es domingo de lunch en el laberint d'Horta:)
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